El jabón de Alepo es un jabón vegetal a base de aceites de oliva y laurel. Es el antepasado del jabón de Marsella y, según se dice, el primer jabón sólido del mundo. Se elabora de forma artesanal desde hace más de 2000 años en la ciudad de Alepo, situada al norte de Siria. La elaboración del jabón de Alepo se ha transmitido de generación en generación hasta nuestros días, manteniéndose igual que en los orígenes. El jabón de Alepo combina los métodos de producción más antiguos con los productos más naturales.
Este jabón se elabora sin colorantes, conservantes, perfumes ni productos químicos. Es un jabón completamente vegetal y biodegradable.
Resulta útil para todo tipo de pieles, en especial para pieles sensibles y pieles con problemas de psoriasis, dermatitis, acné, ezcemas, etc. Es antiséptico, antiinflamatorio y antioxidante. Se puede utilizar como jabón para la higiene diaria de la piel de todo el cuerpo, como champú y como espuma de afeitado.
Su historia, ingredientes y métodos de producción hacen de él un jabón único en el mundo.
Los primeros jabones de la historia eran emulsiones jabonosas líquidas. En Alepo, se introduce el proceso de saponificación y el uso de aceite de oliva y laurel; de este modo, aparece el que se cree que es el primer jabón duro del mundo: el jabón de Alepo. A raíz de las cruzadas, la producción de jabón se extendió por todo el Mediterráneo, llegando a Italia, Francia (Jabón de Marsella) y España (Jabón de Castilla).
Alepo (o Halab con el significado de «leche fresca») es una ciudad y provincia del norte de Siria. La ciudad tiene una población de unos 4.393.000 habitantes, lo que la convierte en la segunda ciudad del país, después de Damasco. Es una de las más antiguas de la región, conocida en la Antigüedad como Khalpe, Beroea para los antiguos griegos, y Halep para los turcos. Se encuentra en una posición estratégica a mitad de camino en la ruta comercial que une la costa mediterránea y el Éufrates.
La República Árabe Siria es un país asiático del Oriente Medio, situado en la orilla oriental del mar Mediterráneo y que comparte fronteras con Israel, Líbano, Jordania, Iraq y Turquía. Siria posee una población de unos 19 millones de habitantes y el idioma mayoritario es el árabe. El nombre de Siria es tan antiguo como su historia, encontrándose multitud de referencias en la Biblia. Anteriormente, formaba parte de un territorio mucho más amplio, que incluía además los actuales Chipre, Líbano, Jordania, Israel y los Territorios Palestinos. La capital de Siria es Damasco.
Aunque el proceso completo de elaboración del jabón de Alepo se mantiene en secreto, sigue, en esencia, los siguientes pasos:
• 1 – Se seleccionan las materias primas: el aceite de oliva de primera presión en frío, el aceite de laurel, el hidróxido de sodio y el agua pura.
• 3 – La pasta se extiende en el suelo y, una vez endurecida, se procede a su corte manual con un antiguo cuchillo, trazando líneas horizontales y verticales. Los jabones resultantes tienen una forma más o menos cúbica. Los maestros jaboneros, caminan encima del jabón con unas sandalias de madera.
Los jabones, una vez marcados con el tampón en el que figura la marca del jabonero, necesitarán unos nueve meses para su secado. Para ello se colocan en un lugar fresco, oscuro y seco, apilados con huecos entre ellos para que circule el aire. El aire y el paso del tiempo, hacen que el jabón se enfríe lentamente y pierda un elevado porcentaje de agua. Durante este período pasarán del color verde de la pasta original, a un color marrón, cuya corteza se oscurecerá cada vez más con el paso del tiempo. Su interior conservará un intenso color verde.
Para su venta, se acostumbra atarlo con una cuerda y una etiqueta. Mucha gente compra el jabón y lo deja madurar más tiempo, entonces, se consigue una espuma más fina y un jabón más duro y de mayor duración.